Participación

Se entiende la participación ciudadana como el derecho y la oportunidad, individual o colectiva, que tienen los ciudadanos de manifestar sus intereses y demandas a través de actos, con la finalidad de influir en la formulación y toma de decisiones gubernamentales en los diferentes niveles: nacional, regional o local; contribuyendo de esa manera a mejorar la gestión pública y la calidad de vida de los ciudadanos. Es decir, su campo de acción es la administración y gestión pública.

Es un derecho y una tendencia imparable, mediante la que grupos y personas interesadas buscan los mecanismos y estrategias que faciliten que las decisiones políticas empiezen a ser tomadas conjuntamente entre la población y sus representantes. La ciudadanía empieza a darse cuenta de su responsabilidad como co-artífices de lo que pasa en nuestro ámbito local, nacional o mundial.

La participación ciudadana en la vida municipal es útil y necesaria para desarrollar políticas más eficientes, y además permite a cualquier administración pública optimizar la puesta en marcha del proceso de modernización de su gestión, ya que, si no se trabaja la variable de la participación ciudadana de una forma efectiva y transversal, difícilmente se podrá evaluar dicho proceso desde la calidad. Así mismo, la participación permite sacar más partido al trabajo que se realiza desde las instituciones; al contar con las sugerencias, apoyo, aportaciones de los ciudadanos, las decisiones son más eficientes, lo cual hace que la gestión sea más acertada, más eficiente.

Participar es eso: tomar parte en algo en que hay diferentes partes, “ser partícipe de”. Participar implica autonomía, libertad y también responsabilidad. Participar es ser, por lo que es imprescindible posibilitar las condiciones necesarias para participar / tomar parte / y también ser parte. Implica también una actitud abierta, voluntaria y generosa de búsqueda del bien colectivo, y necesita de mucha comunicación, de diálogo y escucha activa, de información y transparencia.

La participación no se improvisa, requiere por parte de todos los que intervienen una planificación, una implicación y una actitud que no están exentas de dificultades. Sin embargo, también aporta muchos beneficios a la calidad democrática. Pero para ser parte activa de una comunidad, las personas que la conforman deben formarse, porque la participación exige plantearse para qué: no hay participación valiosa si no hay contenidos de lo que se desea construir, porque participar es diseñar el futuro, con criterio y respuestas a veces atípicas.

Participar requiere el cultivo y ampliación de habilidades más pequeñas y funcionales y que son relevantes para su desarrollo. Para ello, se necesita que estas habilidades se ejerciten y fortalezcan a partir de la intervención educativa y cuyo descubrimiento, mejoramiento y puesta en acción, constituye también un aporte a la calidad de relaciones sociales que se construyen en la sociedad. Son habilidades y destrezas que se cultivan con la propia participación.

Destrezas que se potencian en el desarrollo de las prácticas participativas:

• De comunicar y expresar ideas.

• De escuchar y ser escuchado.

• De expresar su opinión y crítica ante los demás.

• De trabajar/cooperar en grupos.

• De representar al grupo ante las autoridades. 

• De aceptar las opiniones distintas de las propias.

• De relacionarse con otras personas.

• De crear o inventar.

• De mostrar y expresar afecto.

• De tener confianza y seguridad en sí mismo.

• De comprometerse en la realización de diversas iniciativas.

• De comprometerse en causas justas.

• De interactuar en grupos mixtos.

• De organizar actividades.

• De defender sus derechos y los de otros.

 

La participación es un medio, no un fin en sí mismo. Las cualidades, los valores, los discursos participativos deben conllevar realizaciones. La participación permite intervenir en la vida social de cualquier comunidad, grupo o colectivo, por lo que se constituye como una herramienta al servicio del desarrollo de la ciudadanía.

Los beneficios de la participación ciudadana son:

Para las políticas públicas, introducir la participación es tomar decisiones de mayor calidad.

Para las administraciones públicas, la colaboración y la complicidad de la sociedad ayudan a lograr la eficiencia y la eficacia en la aplicación de las políticas públicas. Introducir la participación es agilizar la aplicación de las decisiones políticas.

Para la sociedad civil, la participación y el diálogo fomentan espacios de encuentro que fortalecen las relaciones cívicas y el capital social. Introducir la participación es fortalecer el capital social necesario para sacar adelante los proyectos colectivos que el país reclama.

Para la lógica política, la participación permite construir políticas desde la proximidad e incluir las preocupaciones de la ciudadanía. Introducir la participación es generar confianza y acercar la ciudadanía a la política.

Las nuevas tecnologías (telefonía móvil, internet, blogs, etc) aportan algunas herramientas interesantes para que esto pueda ser posible más fácilmente.

 

Vamos a distinguir entre:

PARTICIPACIÓN CIUDADANA.- Intervención activa y consciente, fundamentada en el derecho ciudadano a la participación de personas físicas o entidades ciudadanas en procesos organizados para la toma de decisiones en asuntos de interés público. Pretende que la población pueda participar en la toma de decisiones del gobierno, de manera independiente, sin necesidad de formar parte del mismo o de partido político alguno.

El derecho a la participación se encuentra recogida en los principales acuerdos, declaraciones y pactos del derecho internacional. Se trata de un derecho positivo (vid. Derecho a la Participación) establecido en los principales textos de nuestro ordenamiento jurídico: Constitución Española, artículos 9.2 y 23; Estatutos de Autonomía; Ley 7/85, Reguladora de las Bases del Régimen Local, que incluye su reconocimiento como derecho vecinal, así como la obligación por parte de los ayuntamientos de instituir normas y órganos para su ejercicio efectivo.

PARTICIPACIÓN INDIVIDUAL.- Posibilidad que tienen los vecinos y las vecinas de intervenir en la gestión municipal, a través de su implicación a título particular en los distintos mecanismos de participación ciudadana.

PARTICIPACIÓN COLECTIVA.- Actividad organizada, racional y consciente por parte de un determinado grupo social, con el objeto de expresar iniciativas, necesidades o demandas; defender intereses y valores comunes; alcanzar objetivos económicos, sociales o políticos; y de influir, directa o indirectamente, en la toma de decisiones para mejorar la calidad de vida de la comunidad.

Es el proceso mediante el cual las comunidades intervienen en la realidad organizándose, constituyendo entidades ciudadanas, estableciendo prioridades según sus necesidades con el fin de conseguir calidad de vida y bienestar.

PARTICIPACIÓN POLÍTICA O INSTITUCIONAL.- La participación política define, en general, el grado en el que la ciudadanía ejerce los derechos políticos que les confiere la Constitución. Así, la participación política hace referencia a cualquier acción de la ciudadanía tendente a influir en el proceso político y en sus resultados. Estas acciones pueden orientarse a la elección de los cargos públicos, a la formulación, elaboración y aplicación de políticas públicas que estos llevan a cabo, o a la acción de otros actores políticos relevantes. Por consiguiente, para poder ser considerada como tal, la participación política requiere un comportamiento observable llevado a cabo en un ámbito público o colectivo por parte de un ciudadano. Dichas acciones se pueden desglosar en dos tipos de participación política: Electoral y No electoral.